Segunda semana de septiembre de 2008

15 septiembre, 2008 at 12:14 pm Deja un comentario

Todo empezó el lunes pasado con la nueva temporada de juegos de mesa con la gente del trabajo. In the year of the dragon, uno de esos juegos que han gustado bastante, inauguró la temporada. Jugamos Noe, Quico, Fran y yo, y no se si por haber trabajado mucho o por todo lo contrario, estábamos un poco empanados. Quico empezó fuerte, comprando un privilegio doble, mientras los demás nos preparábamos de una u otra forma para las penurias que aguardaban. Dejé de un lado la iniciativa y me dediqué principalmente a construir nuevos palacios y llenarlos de geishas, estrategia que no había utilizado nunca. Minimicé todo lo que pude las pérdidas, aunque maravillas no se pueden hacer, cinco palacios y tres geishas son un importante lastre (aunque un buen puñado de puntos). Finalmente gané la partida con cerca de 100 puntos, aunque sinceramente creí que no iba a hacerlo. Noe, siempre primera en iniciativa, debería haber conseguido muchos más puntos con libros de lo que hizo… seguro que la cosa cambia en la próxima partida. Y por otro lado me hago algunas preguntas, ¿con cuántos palacios y personajes es posible acabar una partida? ¿realmente es tan buena la estrategia del privilegio doble?

El viernes por la tarde estuve con Raquel comprando en un conocido centro comercial de Barcelona. Cuando terminamos fuimos al Queimada, bar en el que se reúnen los aficionados a los juegos de mesa para jugar, hablar, beber y fumar. Allí nos encontramos muy buen ambiente y muchas caras conocidas. Con Perepau y el ilustre Oriol Comas nos sentamos a jugar una partida de Brass, juego al que Raquel siempre tiene ganas de jugar y que Oriol no había probado todavía. Expliqué a Oriol como se juega y aunque creo que no lo hice demasiado bien, fue suficiente. Durante la primera fase jugué a verlas venir, sin estrategia alguna. Durante la segunda fase construí todas las vías menos una, obteniendo un mínimo de cuatro puntos por cada una de ellas, vamos, una barbaridad. Gané la partida con cerca de 140 puntos. La verdad es que este juego jugado contra buenos jugadores es una auténtica gozada. A continuación nos quedamos colgados Perepau, Raquel y yo, pocos jugadores para jugar al Union Pacific. Aprovechamos para cenar mientras esperábamos que terminara una partida jugada por una pareja cuyos nombres no recuerdo, ya lo siento, aunque los conozco desde hace tiempo cuando coincidimos en Granollers. Es un juego que me había gustado la primera vez, pero que no me había entusiasmado, y como diría Perepau, necesitaba saber si tenía que venderlo o no; tengo por costumbre no quedarme con ningún juego que no me guste lo suficiente para jugarlo de vez en cuando. Los que habíamos jugado antes empezamos a ver cosas que no habíamos visto durante la primera partida. Los que no habían jugado antes, es decir, la misteriosa pareja ;), sufrieron un poco las consecuencias. El juego ha ganado bastante, es muy dinámico, sutil y realmente tenso cuando se aproxima un pago de dividendos, es decir, que no lo voy a vender. Por tercera vez esta semana, gané la partida por los pelos, un millón más que el segundo y dos más que el tercero.

Nota: resulta que la pareja misteriosa eran Genís (Opalpyr por la BSK) y Meri… famosos en el mundo entero por las jornadas de rol y juegos de mesa de Sabadell.

El sábado vinieron a cenar y a dormir a mi casa Pau y María, buenos amigos y jugadores más o menos habituales. Antes de cenar tuvimos tiempo de jugar al Time’s up!, juego que empieza a obsesionar a Raquel, quiere jugarlo a todas horas y yo no le dejo, hay que administrarlo en pequeñas dosis para no quemarlo. Ganamos Pau y yo sin demasiados problemas. Después de cenar un buen embutido de la tierra y una suculenta ensalada, empezamos a jugar al Age of empires III, juego que llamaba la atención de Pau y que todavía no había probado. Se trata de un juego que suele gustar casi siempre y ésta no fue una excepción. Fue una buena partida, aunque me lo pusieron demasiado fácil. Puse en práctica una estrategia puramente militar lo que me permitió dominar sin demasiados agobios tres regiones del nuevo mundo y hacer jugosos descubrimientos. Como no descuidé ninguno de los otros aspectos del juego y conseguí bastantes puntos con los edificios, gané la partida, la quinta consecutiva, estoy impresionado. Creo que es un error demasiado habitual dejar que el jugador que tiene el edificio que proporciona un soldado adicional, además consiga otro soldado desde la casilla del especialista correspondiente. Un jugador con dos o más soldados por turno es una máquina de matar, en una posición muy ventajosa para ganar la partida. Como a Raquel y a mí nos había gustado el Union Pacific la noche pasada, decidimos jugar otra partida, que además es suficientemente ligero para ser jugado a última hora de la noche. Pau y María no habían jugado antes, aunque no me costó demasiado explicarles las reglas. En esta ocasión me propuse bajar cartas del mayor número de empresas posible, estrategia que sinceramente creí que me iba a dar la victoria, pero no fue así. Ganó Raquel, seguida de cerca por Maria. A la mañana siguiente, después de desayunar, jugamos una partida de Brass. Pau y María no habían jugado antes, así que me tocó explicar las reglas otra vez. Mientras que Maria creo que lo pilló relativamente bien, Pau tuvo problemas durante la primera fase; es algo que suele pasar, es un juego de reglas un tanto enrevesadas y cuesta cogerle el truco. Creo que durante la segunda fase todo quedó un poco más claro, o por lo menos eso espero, porque me gustaría repetir algún día. Por fin ganó Raquel, a la que hasta ayer se le había resistido la victoria. No jugué muy bien, siempre fui un paso por detrás y eso se paga.

Entry filed under: Variantes. Tags: , , , .

Primera semana de septiembre de 2008 Deutscher Spiele Preis

Deja un comentario

Trackback this post  |  Subscribe to the comments via RSS Feed


Estadísticas

  • 11.527